El BDSM es una de las prácticas eróticas que cada vez causa curiosidad en las parejas. Se trata de un juego de roles entre la dominación y la sumisión, en el que prima un factor importante: la confianza. Si deseas adentrarte en el mundo de las cuerdas, los látigos, el cuero o el látex, pero sobre todo del placer, ¡sigue leyendo!, aquí encontrarás todo lo que debes saber para iniciarte en el mundo del BDSM.
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ToggleComencemos por el principio: ¿qué es el BDSM?
Cuando hablamos de BDSM, nos referimos a diversas prácticas sexuales que van más allá de una simple nalgada a quien está atado. BDSM es una sigla compuesta por un conjunto de prácticas eróticas que abarca 6 modalidades: el Bondage, la Disciplina, la Dominación, la Sumisión, el Sadismo y el Masoquismo. Lo más importante de una sesión de BDSM es el consenso de los participantes, quienes deben ser libres de sus actos y estar informados de sus implicaciones.
Practicar el BDSM no implica llevar a cabo todas las modalidades en un mismo encuentro. En cada acto sexual se debe determinar la disciplina y el grado de experimentación que se quiera tener. Sin embargo, esto no quiere decir que no puedas practicar más de una. Solo tendrás que elegir a cuál le darás mayor importancia para acentuar el placer.
Para tener más claridad, veamos en qué consiste cada una de estas modalidades:
B de Bondage
La palabra bondage proviene del inglés del medioevo, el cual hacía referencia a la esclavitud y servidumbre. Esta práctica sexual consiste en inmovilizar a la pareja mediante accesorios como esposas, cuerdas, arneses, mordazas, entre otros.
D de Disciplina y Dominación
La disciplina en el BDSM hace referencia a las prácticas ligadas a las reglas que debe seguir el sumiso durante su dominación. Su adiestramiento implica posturas y comportamientos a seguir, que, si no se cumplen, llevará a castigos que van desde las nalgadas hasta los azotes. Los juguetes sexuales predilectos para practicar la Disciplina son las fustas o látigos.
Por su parte, la Dominación consiste en adoptar un rol dominante, es decir, establecer las reglas y llevar el control de la relación durante el encuentro sexual. Quien esté en la posición dominante determinará el comportamiento del rol sumiso, quien deberá obedecer a todos sus deseos, como adoptar una determinada posición sexual o llevar un vestuario a su gusto.
S de Sumisión y Sadismo
La sumisión sexual es el complemento de la Dominación. Se reconoce por su acrónimo D/s, que representa la jerarquía existente entre los roles. La Sumisión es un juego consensuado de comportamientos que se traduce en una actitud pasiva hacia la(s) pareja(s) dominante(s) durante las relaciones sexuales. Esta fantasía de ser dominado la experimentan tanto hombres como mujeres.
El Sadismo, en cuanto a él, está relacionado con el placer que puede causar el dolor, la humillación y el sufrimiento de la otra persona, ya sea física o mentalmente. Quien adopta el rol sádico deberá estar muy atentx a las necesidades del otro, con el fin de evitar cualquier daño.
M de Masoquismo
El Masoquismo es la contra parte del Sadismo; es decir, que el placer se obtiene cuando se experimenta una situación de dolor, humillación o sufrimiento propios. Aunque nos son complementarios, generalmente se suele unir estos dos términos en la expresión “sadomasoquismo” S/M.
Entonces, ¿cómo funciona el BDSM?
Como en toda relación de pareja, el BDSM funcionará de maravilla si los miembros comparten sus ideas y cada uno asume su rol, ya sea dominante o dominado. Antes de empezar, tú y tu pareja debéis establecer vuestros roles y límites: ¡la comunicación es la clave! Hablar antes de realizar una sesión BDSM es muy importante para garantizar que las cosas se hagan con respeto y, sobre todo, de manera segura.
Una vez establecidas las reglas y los roles, se deberá dar paso a la imaginación. Ten presente que durante toda la sesión estarás interpretando un papel, por lo que necesitarás altas dosis de creatividad, y más si durante el encuentro sexual se decide intercambiar los roles. De igual manera, tu mente deberá estar abierta a todo tipo de experimentación; eso sí, bajo el consentimiento de todos los participantes y con la idea de obtener placer, sin poner en riesgo la integridad del otro.
¿Qué necesito para una sesión de BDSM?
Una de las razones para adoptar alguna práctica BDSM es el deseo de retar tus límites de placer, sin realmente cruzarlos. Cuando decides aventurarte en el mundo del BDSM, deberás hacerlo con una pareja que conoces y en la que confías muy bien. Cumplidos estos requisitos, lo siguiente que necesitarás es una variedad de juguetes sexuales y de accesorios, los cuales te ayudarán a crear e interpretar tu papel.
Si en tu sesión BDSM decides comenzar con el bondage, podrás atar o ser atado con cualquier elemento que esté a tu alcance, como cuerdas, lazos o esposas. Podrás incluso utilizar prendas de vestir de material delicado, como una corbata o una pañoleta. Solo presta atención en no atar muy fuerte a tu pareja y de encontrar la manera de que esta se pueda liberar sin mayor problema; eso sí, buscando siempre el placer.
¿Buscas algo de ambiente para la Dominación? Entonces los productos fetish serán los indicados para ti. Podrás usar accesorios como máscaras, guantes en látex o ropa en cuero que te sumergirán en tu rol dominante. Y si a esto le añades elementos como las fustas, algún azotador, o incluso, artículos succionadores, tu sesión de BDSM se convertirá en un encuentro muy excitante, no solo para tu rol dominante-masoquista, sino también para quien está en la posición de sumisión.
El mundo del BDSM es tan vasto, que las opciones no te faltarán; ¡encontrarás un montón de accesorios y juguetes sexuales que podrás probar en cualquier tipo de modalidad! Solo tómate tu tiempo para iniciarte y no dejes de lado la confianza y la comunicación con tu pareja. Dicho esto, ¡a disfrutar!